El éxito tiene un significado diferente para cada individuo, sobretodo cuando somos emprendedores, pues tus aciertos y miedos pueden marca la diferencia entre ser exitoso o no serlo. Pero, te has preguntado alguna vez ¿Qué es el éxito para ti? ¿Podrías tú ser exitoso? Bueno, probablemente hayas podido responder la primera pregunta, pero si en la segunda pensaste que no, es probable que estés sufriendo del Síndrome del Impostor.
Qué es el Síndrome del Impostor
Según la psicoterapeuta y directora de Coaching Club, Verónica Rodríguez Orellana, el Síndrome del Impostor “se trata de un conjunto de síntomas vinculados a la incapacidad que puede sentir una persona de adueñarse de sus propios logros en el ámbito laboral o personal”.
Además, una persona con este sentimiento de fraude puede manifestar un miedo persistente por defraudar a alguien o tomar decisiones equivocadas, algo muy ligado con la inseguridad y a veces hasta la baja autoestima.
Quiénes pueden sufrir del Síndrome del Impostor
Aunque este sea un problema que sufren muchos profesionales, es algo que venimos arrastrando desde la infancia. Cuando un niño está sometido a juicios y etiquetas de parte de sus figuras de autoridad como sus padres o maestros, crean un miedo a ser juzgados o criticados. Además, se acostumbran a creer que todo es blanco o negro, no aprenden que pueden haber matices, o momentos de aciertos y otros de fracasos.
El Síndrome del Impostor también puede afectar a personas que son excesivamente exigentes consigo mismos y que no se permiten los fracasos, por lo que muchas veces prefieren no exponerse a situaciones que podrían hacerlos ver mal o exponerlos al escarnio público.
Cómo identificar el Síndrome del Impostor
Algunas de las formas de identificar si estás padeciendo del Síndrome del Impostor es analizando tus pensamientos y reacciones cuando te haces preguntas cómo:
- ¿Soy bueno en lo que hago?: Si tu respuesta es no, es un signo claro de que no te sientes conforme con tu rendimiento a nivel profesional o personal. Siempre se puede aprender más y mejorar, pero la pregunta es si alguna vez estarás satisfecho contigo mismo.
- ¿Qué pasa si fallo?: A todos nos da miedo fallar, pero si algo caracteriza a los grandes emprendedores y empresarios que conocemos es que ese miedo no los paralizó, aún cuando este era inminente. ¿Te detiene el miedo a fallar?
- ¿Merezco lo que he logrado o fue sólo suerte? Si piensas que tus logros o éxitos no son consecuencia de tu rendimiento sino más bien de la suerte, probablemente padeces del Síndrome del Impostor. Cuando adjudicas todo a la suerte, serás incapaz de replicar dichas acciones para lograr nuevas cosas y por lo tanto será más difícil lograr metas similares, lo cual reforzará tu teoría de que no mereces dichos logros y alimentarás ese sentimiento de fraude.
- ¿Qué pensarán los demás de mí? Uno de los grandes problemas es que nos preocupamos demasiado por el qué dirán, ya que vivimos en una constante comparación, sobretodo por todo lo que vemos en las redes sociales. Mientras tú te preocupas por lo que dirán los demás de ti, otros (Quizás con algunos miedos también) se lanzan al agua y logran el éxito. Allí es donde se marca la diferencia entre los que viven con miedo y fracasan y los que los afrontan y salen victoriosos.
Cómo superar el Síndrome del Impostor
Según un artículo de Entrepreneur existen algunas maneras de mitigar los efectos del síndrome del Impostor.
- “Reconocer las emociones del impostor tan pronto surgen”: Una buena manera de superar el síndrome es estando conscientes de aquellos pensamientos que surgieron por alguna situación y que nos hizo sentir incapaces. Una vez identificado el pensamiento, piensa cuándo te sentiste así por primera vez y qué harías diferente para obtener un resultado positivo.
- “Redefine tus reacciones”: Plantéate nuevas respuestas a lo que consideras negativo. Es decir, en lugar de juzgarte y reprocharte por lo que no dominas o manejas completamente, recuerda que no todo está aprendido y que todos los días podemos aprender. Si hay algo en lo que tengas una debilidad, trabájalo, pero no dejes que te paralice.
- “Habla de tus sentimientos y pensamientos”: Hablar siempre es una terapia para muchas de las situaciones difíciles que alguien puede pasar. Conversa sobre lo que sientes y lo que te frustra a nivel profesional o personal con alguien de confianza. Esto podría ayudarte a liberar tensiones y además podrías tener una retroalimentación que te ayude a cambiar de perspectiva.
- “Considera el contexto”: Hay situaciones en las que puede que no tengas la respuesta a alguna pregunta o circunstancia, pero esto no quiere decir que no seas capaz. Cuando te encuentres en una situación en la que puedas pensar que no sabes nada o que eres un fraude, recuerda situaciones en las que sí has tenido resultados positivos. Esto te ayudará a tener un sentimiento de bienestar y te pondrá en perspectiva.
- “Reconsidéralo como una oportunidad de aprender”: Cada experiencia, tanto positiva como negativa, nos da la oportunidad de aprender y crecer. Por tanto, cuando te enfrentes a una situación en la que sientas que no eres capaz, piensa que es un excelente momento para aprender algo nuevo y tener más experiencia.
- “Sé amable contigo mismo”: Todos los días nos exponemos a críticas y comentarios de otras personas, que tal vez ni siquiera te conozcan. ¿Por qué tú vas a hacerte lo mismo?. Recuerda cada día que nadie es perfecto y que cualquier error que cometas puede hacerte más fuerte y enseñarte algo nuevo. Recompénsate por cada logro, así sea pequeño. Te lo mereces.
- “Busca apoyo”: Aunque está bien hablar con otros, busca apoyo en personas que realmente puedan ayudarte, como algún profesional que haya pasado por una situación similar e incluso con un terapeuta si es necesario. A veces lo que necesitamos es un cable a tierra que nos ayude a ver la realidad de las cosas.
- “Visualiza el éxito”: Aunque suene cliché visualizarte como una persona exitosa y lo que sentirás cuando lo logres, te ayudará a mantenerte enfocado y trabajando en tu próximo proyecto u objetivo.
Conclusión
Encuentra el equilibrio entre ser excelente en lo que haces y dejar que el miedo te paralice. Así mismo, haz un recuento de todos tus logros e intenta recompensarte por cada uno de ellos. Tener pensamientos positivos respecto a alguna situación puede ayudarte a replicarlas una y otra vez y así tener la sensación de que has tenido más logros.
El síndrome del Impostor es una realidad y seguro que afecta a más personas de las que creemos, pero reconocer los pensamientos negativos hacia ti mismo y tú éxito puede ser el primer paso para tomar acciones y no dejarte vencer por el miedo.
Cuéntame si alguna vez te has sentido identificado con el Síndrome del Impostor y si lo superaste cuéntame cómo lo hiciste.